Siempre aprovechamos cualquier momento para recoger pequeños grandes tesoros: piñas, piedras, plumas... todo vale. Primero jugamos y hacemos cuevas para hadas o castillos como en la foto...
Después, nos llevamos los tesoros naturales a casa. Tenemos un rincón en el comedor dónde guardamos los más especiales: una piel de serpiente, una geoda... y tenemos también un mercadillo/cocinita que está lleno de tarros y cestos con frutos secos y piñas de todo tipo que hemos ido recogiendo en todas nuestras excursiones.
A los niños les encanta su colección y su mercadillo está siempre hasta arriba de productos con los que comerciar.
1 comentario:
Quina passada de tresors!
Publicar un comentario